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joelmontoya

Estructura del portafolio

Según Barton y Collins (1993,en Hernández 2000,177) un portafolio inicia con la definición del docente sobre su finalidad, de tal manera que al estudiante le quede claro qué se espera de esta actividad, los registros que habrá de incluir como evidencias de su aprendizaje y se sugiera que en este momento el estudiante manifieste por escrito lo que espera del curso y de la propuesta curricular hecha por el docente esta situación nos lleva a la idea primaria del dialogo y la negociación.
Otra fase esta dada por la integración de evidencias y experiencias cuyas características deberán mantener relación con las finalidades del aprendizaje, lo que sugiere la toma de decisiones por parte del alumno y además la reflexión sobre lo realizado.
Un portafolio estaría compuesto, según Hernández (2000, 182) por lo menos de tres elementos:
1. El propósito. Especifica la finalidad del producto presentado y el porqué de su estructura y selección de contenidos
2. Las evidencias o contenido. Pueden ser artefactos como trabajos realizados durante el curso, ya sea por iniciativa propia o por encargo del profesor del curso o de otras asignaturas; reproducciones son documentos recogidos a lo largo del curso como grabaciones, citas de autores, correos, imágenes; Testimonios comentarios del docente o de los alumnos sobre su trabajo o de otras personas; Producciones son documentos preparados para el portafolio, que sugiere a su vez la explicación de metas, las reflexiones sobre lo realizado y los encabezados como pequeños informes que acompañan cada documento.
3. El contenedor o soporte. Tradicionalmente ha sido una carpeta o álbum, ahora sugerimos el uso de sistemas digitales de documentación, lo que permitiría su consulta y revisión permanente, entre mucho otros factores de beneficio.
Barrios (2000, 295) propone construir el portafolio mediante la clasificación e identificación o etiquetación por secciones:
Sección: apuntes o notas de clases.
Sección: trabajos realizados;
Sección: análisis de textos;
Sección: trabajos en desarrollo;
Sección: trabajos terminados;
Sección: pruebas;
Sección: auto evaluaciones;
Sección: comentarios e informes de profesor.
Barbera (1996-1997 http://www.ub.es) recomienda incluir en el portafolio, además de los contenidos, un Índice de contenidos, que no corresponde necesariamente a los bloques temáticos de la asignatura, sino a los objetivos de aprendizaje que han sido negociados con el maestro, o bien que corresponden a los que el propio alumno se ha trazado; los criterios de evaluación, que den transparencia y claridad al proceso; y los protocolos de revisión y diálogo, como acuerdos previos respecto a ciertas reglas que se establecen entre el docente y el alumno, como tiempo de entrega, métodos, formatos necesarios para el desarrollo del proceso educativo.
Sobre el aspecto de la estructura, creemos necesario sugerir que estas son sólo recomendaciones de utilidad para ejercicios específicos. Dependiendo de la materia, los propósitos, el soporte y los contenidos, la construcción del portafolio quedaría como un ejercicio libre de solución creativa, sujeto a ciertos acuerdos, relativos por ejemplo, al tamaño de una imagen, uso de un programa o tipo de archivo especifico, que de no preverse acercarían conflictos innecesarios.
Imaginamos, como variante a las propuestas anteriores, la construcción de un portafolio ordenado cronológicamente, donde el contenido permita al docente verificar el cumplimiento de cada meta como una secuencia del proceso y donde cada producto de cuenta de la integración de conocimientos que anteceden su realización. Cuando se usa tecnología digital nos remitimos a situaciones de riqueza extraordinaria donde se pueden aplicar recursos como el hipervínculo, audio, imagen en movimiento y manejar volúmenes de información mucho mayores.
El uso de portafolios digitales sería, por lo que hemos planteado, una alternativa para romper con el aislamiento de la práctica docente en el aula y crear una comunidad de reflexión cooperativa; establecer estándares colectivos que demuestren el rendimiento de los alumnos y mejorar la enseñanza, como ya se ha comprobado y documentado mediante investigaciones y en experiencias de aprendizaje realizadas en otras latitudes, como lo exponen King y Campbell (2000) Sin embargo, un iniciativa de este tipo no puede soslayar las dificultades a las que podría enfrentarse al momento de su aplicación. El uso de tecnología, si bien acarrea muchos beneficios, también tiene sus complicaciones, sobre todo cuando se piensa en un sistema en el que participarían todos los estudiantes.
Existen factores técnicos, culturales y conceptuales que será necesario tratar antes de aventurarse en una iniciativa de este tipo. Incluiremos en otro apartado algunas consideraciones importantes sobre el uso de tecnología.

Joel Montoya

5 comentarios

aranea watson -

muy buena informacion

hiu -

gyu

Lpt -

Estoy de acuerdo con la coclusion final, no me quedo satisfecho con la exagerada irrupcion de la tecnoligia en el ambito docente, simplifica demasiado el trabajo del estudiante, con todo lo negativo que supone.

cristina -

perfecto me ayudo mucho

val -

holaa me gusto el contenido si le capte estaa muy bien elaborado gracias x la informacion