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joelmontoya

Tecnología en el aula. ¿Para que?

La escuela contemporánea se desarrolla en torno a hechos y acontecimientos muy significativos, desde el desarrollo de nuevas estructuras económicas y políticas hasta el nacimiento y despliegue de medios de comunicación e información que hasta hace poco pertenecían al mundo de las construcciones imaginarias y de ficción, como es el caso de este sitio, configurado no sé por quién pero a disposicíon de cualquiera que desee ya tener su propio medio.
En este mundo de transformaciones, la escuela como entidad que produce y reproduce información y tecnología se ha visto en la necesidad de replantear no solo su misión sino las prácticas y conceptos del proceso educativo.
La incorporación de nuevas tecnologías a la educación es quizá uno de los temas que más polémica han desatado, por un lado están quienes actúan como si ésta, al adquirirla solucionará los problemas del aula y por otro hay quienes de plano le dan la espalda con discursos apocalípticos.
Lo cierto es que aunque la tecnología se incorpora día a día a la escuela, existen sobradas dudas acerca de la optimización del proceso educativo, quizá porque su incorporación a los procesos de enseñanza aprendizaje ha sido parcial y deficiente y aunque las supercarreteras de la información están a disposición de cualquier actividad humana, es difícil creer que una reflexión profunda sobre las implicaciones, los criterios, las modalidades y los alcances tecnológicos se den en la mayoría de los centros educativos.
Nosotros creemos que llevar tecnología al aula y a los procesos educativos es algo tan complejo como estructurar un nuevo proyecto curricular. Si queremos que funcione, no podemos dejar las decisiones solamente en manos de políticos o administradores, este es un problema fundamentalmente académico, donde ambos actores necesariamente tendrán que ponerse de acuerdo.
Si un proyecto tecnológico finalmente tiene éxito, habrá entonces buenas cifras y datos y poca necesidad de acudir al maquillaje para lograr mayores recursos, pero lo más halagador será, sin duda, el logro invaluable de ser mejores profesores y haber formando mejores alumnos.

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